Desde el año 2000, unos 160.000 visitantes acuden cada verano a la Luitpoldhain para disfrutar de los conciertos en mantas de picnic o en sillas. NUSSLI erigió para este gran acontecimiento un impresionante escenario de arcos redondos, sobre el que los músicos y su interpretación se ambientaron realmente al anochecer con luz y fuegos artificiales.